Por: José Ignacio Ruiz
Toyota y Asocaña han presentado su vehículo de pruebas que funciona con bioetanol producido en Colombia a base de caña de azúcar. De esta forma, se convierten en una de las marcas que buscarán incentivar el uso de este biocombustible en nuestro país.
Apodado como “Flexie”, se trata de un Toyota Corolla Cross Hybrid XRX, la versión híbrida convencional del crossover compacto de la marca japonesa. Justamente se fabrica en Brasil, uno de los países donde el Bioetanol es muy popular.
Conserva el motor de combustión de 1.8 litros y el eléctrico que entregan en conjunto 126 hp de potencia y 170 Nm de torque, además de la caja E-CVT. Además de las emisiones reducidas con el biocombustible, la mecánica híbrida convencional ayuda a disminuirlas aún más cuando se circula en modo eléctrico a bajas velocidades.
El vehículo ha recorrido 4128 km en nuestro país, circulando por distintas ciudades como Cali, Pereira, Medellín, Cartagena y Bogotá. Esto significa que ha sido probado exhaustivamente en los distintos terrenos y climas de Colombia.
El bioetanol hecho a base de caña de azúcar en Colombia reduce las emisiones contaminantes hasta un 74%, que incluso llega a reducirlas un poco más que el mismo biocombustible elaborado en Brasil a base del mismo material.
Con el bioetanol también se buscará impulsar la industria de la producción de caña de azúcar en Colombia, la cual genera 286.000 empleos directos e indirectos, además de encadenamientos productivos que permiten la compra de insumos por más de 5 billones de pesos, en su gran mayoría de origen colombiano.
El bioetanol se ha usado en la gasolina colombiana para oxigenarla durante 18 años, reduciendo cerca de 8’000.000 de toneladas de dióxido de carbono (CO2), lo cual equivale a haber sembrado poco más de 61 millones de árboles.
De este modo, Asocaña y Toyota buscan disminuir las emisiones contaminantes mediante alternativas mucho más prácticas, sostenibles y asequibles para los clientes, ya que un vehículo de bioetanol no tiene ningún costo adicional respecto a uno de gasolina, tal como ocurre con los eléctricos.
Por el lado de Toyota, la apuesta por el bioetanol sigue las ideas de su estrategia global donde se busca que convivan distintas mecánicas y fuentes de energía, además de buscar la reducción de las emisiones contaminantes, no la eliminación de los motores de combustión interna.